Me encanta que los niños estén metidos de lleno en los proyectos adultos y viceversa. Para mí es ya nuestra forma de vida. Y como resultó que en el equipo dónde entrenan taekwondo Hadri y Lidia, se organizó un campeonato en el propio pabellón de Sada, con otras madres, nos ofrecimos a llevar el bar.
Estuvimos juntos para preveer lo necesario, para comprar los productos, para el montaje, y para hacer la cesta de unas rifas. Así que cuándo llegó el momento de que se repartieran los chalecos de "organización", ellos se sentían totalmente parte del evento.
Así que Elisa no tuvo ninguna duda de que su lugar, era en el bar, compartiendo. Menuda camarera de lujo.
(hubo ganancias, unas pocas, que en el más puro estilo galaico, se gastaron en una comida de familias...).
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