También habíamos hecho este taller el año pasado, C.S.I. ¿Investigamos?, en la Fundación Barrié, pero dejó tan buen sabor de boca, que todos quisimos repetir.
La propuesta es una acción detectivesca, y la ciencia a disposición de la investigación.
Hacernos conscientes de la cantidad de rastros que vamos dejando, en todas partes, y ser meticulosos cuándo vamos a investigar algo, son las bases para actuar de detectives sagaces, jeje.
Primero nos enseñan a descubrir huellas dactilares en un cristal, cuestión que apasiona a todos, y les hace ser muy cuidadosos para poder pasarlas al papel y analizarlas.
Después hay que acudir al escenario del crimen, porque allí es dónde se pueden ver otros rastros importantes para delimitar a los sospechosos... restos de pelo, de hilos de la ropa, huellas, sangre...
Por fin, con esos datos, y las descripciones de los testigos y sospechosos, se pasa a confeccionar el retrato robot... todo un desafío.
Y si aún se siguen teniendo dudas, se seguirán haciendo más pruebas, apelando a la ayuda de la ciencia, la química, la biología, en busca de tejidos humanos y restos de sangre para analizar en mucha más profundidad.
Una mañana diferente y muy divertida.
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