Eso fué, una divertida mañana matemática en estado puro. En serio, un ábaco gigante ¡es un puntazo!
(Elisa jamás ha hecho una ficha de números. Jamás los ha escrito en un papel, ni hecho caligrafía, ni sumado ni restado de forma abstracta. Con ayuda de la monitora del ábaco y por pura diversión, se puso a escribir los números, y hacer sumas con el ábaco y poniendo el resultado correcto en la hoja... con la boca abierta me dejan estas cosas!).
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