Nuestros rincones.

Está claro que cuándo a una le apasiona un lugar, le parece que todas las personas que le rodean tienen que conocerlo, y disfrutarlo. Es la esencia del entusiasmo compartido. Por eso, este, nuestro rincón al lado de casa, es el lugar que elegimos con cualquier excusa, unos bocatas con un rayo de sol, o una excursión organizada al vuelo.
Basten dos ejemplos para ilustrar lo que decimos. Excursión con nuestros amigos de Chanteiro, justo en la costa de enfrente, jeje, con el amigo Manu, la amiga Yassira, y otra excursión con la tía Rosy, que se moría por probar los erizos de mar, esta temporada, y la tía Ducha que hizo despliegue de facultades físicas, en mejores condiciones que nosotras, jajaja.

Hadri y Manu, los más intrépidos, se bajaron a una cala dónde tenían ganas de ver qué había pescado un pescador de la zona.

Cuándo llegamos a la cala dónde solemos comer, un loureiro caído hizo las delicias de trepadoras y juegos varios.

Las que nos seguís de cerca ya sabéis que estas cosas, si hay un rayo de sol y agua cerca, siempre acaban con el despelote, jajaja, y la ropa mojada...

Con la tía Rosy ya nos esmeramos, y el July se curró hasta tres tortillas, una normal de patata, una de chorizo y una de espinacas de la huerta. A la tía Rosy le emocionó tanta belleza en la costa... (las birras son para decorar, en realidad las tenemos reservadas para un evento berciano, jajaja).

Aunque el hombre de mar (o sea el July) se equivocó con la hora de la marea, pudo conseguir el capricho para su hermana, que se comió los erizos con cara de éxtasis, jajaja, en la pura playa!

La tía Ducha pudo meter las piernas en el agua y caminar un poco, y las niñas disfrutaron un montón con las gafas de bucear... lo dicho, estáis todas invitadas a nuestro rincón, proponed, y para allá que vamos!