Otros de nuestros anfitriones de lujo, sin duda ninguna, son los amigos Bercianos. ¡Qué gustazo da pasarse un fin de semana con ellos en Dehesas, a doce kilómetros de Ponferrada! Porque el Bierzo es la quinta provincia y allí corre la estrella galicia como aquí mismo, ,jajaja.
El recibimiento siempre es un momento esperado, y este año, se ha superado don Luis, al que vimos subir a la terracita de esta guisa, y nos asustamos, dijimos, oh! trae botellas de a litro de Solán de Cabras, agua mineral...¿será que nos estamos haciendo viejos?, jajaja. Pero en realidad era una nueva técnica para mantener las estrellitas bien frías, jajaja, botellas congeladas de agua, jajaja.
Que bebamos un poco de más, no significa que no atendamos a la peña menuda como se merecen...
Aunque también hay que decir que cada vez se autogestionan más ellos solos, jeje.
Siempre que vamos a Dehesas nos gusta darnos un buen paseo por los alrededores, bosquecillos, campos de frutales, riachuelos que después canalizan en los regadíos, etc, porque siempre encontramos alguna sorpresa, como fué el caso.
Paseando, paseando, dimos con un chopal con una hembra ponnie, con su cría, que hizo las delicias de todos, teniendo que detener allí el paseo largo rato. También nos llaman la atención los enormes nidos de cigüeñas, que se construyen el los lugares más inesperados...
Otra clásica de Dehesas es la piscina de Carracedelo, no podemos dejar el Bierzo sin pasar allí una tarde entera, entre toboganes, tubos y risas. La verdad que una vez allí dentro, es una gozada andar por allí, masajeándose en las cascadas, o en el jacuzzi.
Y a la vuelta de las piscinas, agotados y hambrientos, no tuvimos ninguna queja, porque ya nos esperaban los parrilleros oficiales (eléctricos esta vez, jaja) de esta guisa.
La fiestuki terminó con un descorche de botella de cuturrús del 2007, qué gran año! jajaja
Por si todo esto era poco, nos animamos a dominguear y nos ofrecieron una visita al Palacio de Canedo, en Cacabelos, que bien mereció la ruta. Se trata de un palacio restaurado para viñedos y bodegas, y para todo un despliegue de venta de productos del Bierzo, de la marca Prada a tope. Visitamos todas sus instalaciones, y saboreamos ese vino especial en una terraza preciosa con vistas a las vides.
Nos paseamos por sus salas de catas, por las bodegas de vino joven, en aluminio y por las bodegas de crianza en barrica. A los nenos, evidentemente lo que más les gustó fué el coche tuneado, reliquia que conservan de los primeros tiempos de la empresa familiar, cuándo empezó todo, asando y envasando pimientos.
El descanso final, en la terraza, estuvo a la altura, pero realmente, en estos sitios no son muy "niños-friendly", jeje, y terminamos la mañana en la palloza de enfrente que corresponde mucho más a nuestro estilo alpargatero, jajaja.
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