miércoles, 13 de agosto de 2014

Pachangueando voy, pachangueando vengo... (primera parte)

o, ¿de dónde ves? da festa, e ¿para dónde vas? para a festa, jajaja...
Somos increíbles, y tenemos un gran defecto, no sabemos decir que no a las pachangas... no sé si es un defecto genético, o es que somos de raza lolaylo, jajaja.

El caso es que si una repasa este blog, mete miedo. Parece que lo del "dolce far niente" es nuestra religión, y no está lejos de la verdad.

Nos dejamos querer, pero también es cierto que la peña sabe que cuenta con nosotros para lo que haga falta y más, y eso se nota.

Casa Soraya, para empezar, es nuestra segunda casa... y en verano más, con esa piscinita, ese jardín (cada vez menos inglés, jajaja) y sobre todo, este año, con ese palacete de verano para madres derrengadas, siempre aderezado con buenas claritas y buena sangría fresca, mientras los lebreles chapotean a su gusto.


También hay que decir que la mamma, de vez en cuando muestra sus dotes de sirena, y se mete cuál leona marina y se rodea de cachorros buceantes.


Y el pappa, pues también se dedica a lo suyo, que es atender los fogones para cuándo la tropa sale de la piscina con hambre de lobos esteparios.




La feria modernista de Sada, también tuvo su tirón, aunque estuvo tan concurrida este año, que la disfrutamos un poco de pasada. El pueblo se vistió de decoración de esos años, muy divertida, y hubo eventos de todo tipo, musicales, con big bands de jazz, exposición de coches antiguos, y el globo...




Y como todos los principios de Agosto, el cumple de Miguel en Meirás. Cuántos más años cumple, más guapo y hombretón. El paellero mayor del reino se lució de nuevo con una paella campera de lujo.







De paella en paella y tiramos porque nos tocaba celebrar el verano con el abuelo Antonio, y no se nos ocurrió mejor lugar que O Drozo, dónde trabaja ahora el tío Jose. Entre grandes maestros gastronómicos se entendieron de maravilla. Vaya lujo.



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