Más de un año.

Si, con la velocidad del rayo, se ha pasado más de un año desde que empezamos muchos proyectos. Más de un año desde que dejé mi trabajo, después de 14 años en la misma empresa. Más de un año desde que desescolarizamos a Hadrián y Lidia. Más de un año desde que esta familia se ha convertido en lugar de estancia venticuatro horas.
Como un verdadero clan nos movemos, salimos, vamos y venimos. Llegamos a actuar por inercia, nos seguimos, casi no hace falta, como antes, ni las llamadas de atención, ni explicar largamente lo que necesitamos o queremos unos de los otros. Ha llegado a "salirnos" natural.
Ha habido una explosión de energía al romper las rutinas aplastantes de antes, y aún ahora puedo decir que estamos templando esa explosión, porque los hábitos de muchos años han volado por los aires y eso ha sido para todos, difícil de asimilar.
De toda esta implicación personal han salido nuevos retos, seguimos creyendo que los niños, los brazos, y el respeto escrupuloso, deben recuperar el lugar que les pertenece en la sociedad, y para eso trabajamos en Kanguras, ahora centrándonos en la ilusión que nos hace, por primera vez ser sede de las Jornadas de Crianza y Educación de La Serrada.
Y creemos ademas en la importancia vital que tiene seguir peleándonos porque las familias tengamos la libertad de elegir el tipo de educación que queremos para nuestros hijos, como así está contemplado en la Constitución Española para lo que ponemos nuestro hombro continuamente en la Asociación para la libre educación.

En fin, que miro las fotos de hace un año, por ejemplo cuándo fuimos a la Casa de los Peces con los de Preescolar na casa, y la que les hice en el mismo sitio este año, o cuándo fuimos a ver a nuestros amigos del Bierzo, hace un año, y las de este, jejeje, y alucino con el paso del tiempo en ellos.

Todavía nos quedan muchas aventuras que pasar, la administración no nos lo iba a poner fácil, y considera que tiene que meter baza en la elección que hemos tomado para la educación de nuestros hijos, pero eso, si nos ponemos firmes, lo tendrá que decidir un juez. Nos queda el difícil reto de empezar a incorporar a Elisa en nuestras rutinas, para no dejarla atrás (aunque sinceramente, solo con lo que pilla al vuelo de sus hermanos, por ahora, va sobradita, jeje). Y nos quedan muchas decisiones sobre los efectos colaterales que produce ajustarse a vivir de un solo sueldo y una ayuda familiar que se terminará en un par de años...
Como podéis imaginar, por "aburrimiento" no nos viene nada, nada...