sábado, 17 de julio de 2010

Fin de curso teatral.



Lidia acude dos veces por semana a la Escuela Municipal de Teatro. Lleva ya tres años. Se lo pasa en grande. Y esto tiene que ver directamente con el profesor, y su forma de enfocar esta actividad. Es puro juego. Lo que él intenta, y así nos lo explica en las funciones que preparan durante el curso, no es que aprendan textos de memoria, sino que a través del juego, y entendiendo la situación que se plantea, sean capaces de improvisar el guión.
Hacen juegos verdaderamente divertidos de coordinación, de voz (gritan, jeje), de empezar historias y continuarlas, de imitación... es una gozada ver que en cuánto a Lidia le nombras "toca teatro" se levanta como un resorte y nunca quiere perdérselo.
Este año, paradójicamente, le tocaba hacer una escena de una adaptación de "Pinocho" dónde ella hacía de gato tonto, jajaja, y cuándo Pinocho se escapa de la escuela, porque le tratan mal, cuándo el zorro listo dice que el cole es un horror, Lidia debía decir algo así como "bueno, yo antes iba a la escuela, y me lo pasaba bomba", jajaja, y el zorro listo debe darle una colleja.
Evidentemente, en las butacas, su padre y yo, nos reíamos hasta las lágrimas pero por motivos muy diferentes al resto del público, jajaja.

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