Cuándo el cuerpo no nos da para más, en vez de tarde playera, les ofrezco un paseo al río. Bajamos en bicicleta, a un paraje de prados, humedales y vegetación, y todo empieza con un, venga mami, solo déjanos mojar los piés....
Se van animando, empiezan los juegos de salpicar... y ya todos nos sabemos como acaba el cuento, jajaja.
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