No hace falta ningún lugar para concentrarse en algo académico. Por lo menos para los chicos, no. Pueden montarte un "estudio de pintura" en medio de la calle, jejeje, y concentrarse como si estuviesen en el mismísmo Louvre.
El taekwondo sigue gustándoles mucho. Y su día favorito es el miércoles, ya que entrenan en un pabellón, y hacen además de el entrenamiento habitual, números de piruetas para ensayar la exibición. Les chifla, y a los profes, que a veces, se pasan más de media hora del tiempo, solo por practicar una pirueta que parece que van pillando.
Y tarde, pero siempre a tiempo, celebramos el cumple de las dos noviembreras. Compartieron tarta y velas, pero se lo pasaron en grande con los primos y con los regalos, claro.
Hadri celebró la llegada del invierno y el frío, de una manera muy peculliar, jejeje.
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