miércoles, 8 de octubre de 2014

A panda do peixe.

Así como el año pasado teníamos en la playa de Cabanas montada la panda del churro, jeje, porque siempre acabábamos la jornada con una chocolatada, este verano y otoño vienen marcados por la creación de "A panda do peixe", jaja.


Y es que les ha dado un subidón pesquero, y les chifla irse un buen rato, con la compañía de los amigos de Paderne, al puerto de Sada a intentar esa pesca desde el pantalán o las rocas.

La verdad es que está siendo un gran aprendizaje. Elisa había pedido una caña fija, porque no se apañaba con el carrete, y la tenéis que ver ahora (enrredones aparte, jaja) como maneja la tirada y recogida...



Influyó mucho, que en su primer día, ya pescó una boga y una faneca, y llegó absolutamente emocionada de pies a cabeza...



Mención especial merece Alberto. Si yo, aparte de las hermosas teorías sobre el acompañamiento y la asistencia a los procesos de aprendizaje de José Miguel Castro, conozco a una persona con más paciencia, más pasión por estar ayudando, desenredando, poniendo anzuelos, asistiendo cuándo tira la caña, y todo con un humor fantástico, ese es Alberto. A veces hasta a cuatro cañas!! "Alberto, que se me cayó el anzuelo, Alberto que no tengo cebo, Alberto se me enredó el hilo, Alberto me traes el bocata?..." jajaja, para nota, os lo aseguro.



La verdad es que Marina y yo llevamos un poco mal algunos aspectos de esta nueva pasión... eso de que haya que abrir el pez recién sacado del agua, y quitarle las tripas para poder comerlo después (menos mal que esa asistencia, también la hace Alberto, jeje)... en fín, gajes del oficio de la complacencia...

El resto es todo risas, hay quien sueña con pescar, sueña con estar en el puerto, se levanta pensando en cuándo podrá ir, si lloverá, si hará viento, cómo estará la marea, se cabrea si no puede pescar ese día... emoción en estado puro.





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