Ocurrió que un día por otro, dejamos de escribir en este blog, ocurrió que la vida (bendita vida) nos arrancó de los teclados, y de las publicaciones periódicas, y ocurrió que empezamos a sentir que eso era bueno.
Y ahora ocurre que hay peña que nos puso las pilas, que nos dice que no deberíamos haber dejado este blog, que fuimos un "referente", y que éramos valientes porque el blog era público, y animó a alguna que otra familia a lanzarse a la vida sin escuela.
Demasiada responsabilidad, mis queridas personas lectoras de los Cangrejos y Ermitaños... y finalmente, demasiado peso, el estar escribiendo sobre las personitas que ya escriben si quieren de elllas mismas, que ya se sacan fotos si quieren, y que ya cuentan ellas lo que les apetece a quien les apetece.
Pero no quería dejar este lugar así, sin más, sin despedida, sin actualización, sin un amoroso hasta siempre. Me parecería frío y amargo. Y nada más lejos de la realidad.
Ya hace más de ocho años que iniciamos esta aventura, que cómo digo en todas partes, no tiene nada que ver con "educación", se convirtió en nuestra forma de vida. Jugar, vivir, aprender, la deriva personal, que tanta vida nos da, del amigo José Miguel Castro.
Las implicaciones de una forma de vida así, son difíciles de explicar, de comentar, de percibir, creo que sólo quien las vive, las puede llegar a entender. Y eso que ahora, ya con 14, 13 y 10 años, las cosas de la vida son mucho más ligeras. Yo ya no sé si alguien lee este pequeño rincón que fué nuestro blog familiar, durante algún tiempo. Si es así, sólo me queda contar que nuestra vida fuera de la escuela continúa, que nos consideramos una familia muy afortunada porque hemos creado un grupo de familias afines, que caminamos juntas. Y somos muy afortunadas porque la vida sigue conectándonos con la tierra, porque los proyectos siguen en el tiempo, y nos enseñan que la perseverancia, la reciprocidad, la complacencia, el apoyo mutuo, no son frases bonitas de blog, sino realidades hermosas con las que convivir a diario. Cierto que exigen mucha dedicación, esfuerzo y compromiso, pero qué mejores aprendizajes para la vida.
No desaparecemos, seguimos en Fontán, Sada, dónde nos hacemos fuertes con pequeños trabajos de barrio, seguimos cultivando la tierra, incluso hemos construido un gallinero con material reciclado, ayudamos a ratos en una explotación ecológica, dónde aprendemos muchísimo, y siguen apasionándonos los caballos, el taekwondo, la calle, la playa, y el mar.... claro, el mar, para escondernos a ratos en sus hermosos fondos marinos.
A dónde nos llevarán las olas ni lo imaginamos, pero quizá sea bueno al menos ir practicando el dejarse llevar, para no agotatarse cuándo toque ir contracorriente.
Sea pues, esta hermosa metáfora la que nos despida, con la certeza de que en cuánto levantéis la piedra de la playa, allí estaremos, saludánoos con nuestras pequeñas tenazas. Salud!
2 comentarios:
¡¡¡Oh!!! qué pena...al leerte pensaba que te animabas a escribir de nuevo. En fin...mucha suerte y un abrazo fuerte.
Bueno querida mama: me parece preciosa la despedida que escribiste y considero que aunque hayas dejado de escribir, el recuerdo en nuestras mentes perdurará. Y cada vez que recordamos este blog que de alguna manera te sirvió como una vía de consuelo cuando te quedabas sin ánimo por que creías que no aprendimos nada. Cuando lo recordemos nos pondrá una sonrisa en la cara y pensaremos "que fue de ese blog" y entraremos y volveremos a recordar cosas que hacía tiempo que no nos acordamos. Te digo gracias mama por que nos hicieras tan bonito blog de cuando eramos pequeños y pusieras tanto tiempo y dedicacion y que al fin y al cabo todo lo bueno algún día se acaba.
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