domingo, 27 de junio de 2010
Al aire libre.
Ahí es dónde nos pasamos media vida, y la verdad, cada vez nos alejamos más de los teclados, y eso, está bien.
Tenemos un poco abandonado este rincón cangregil, pero seguro que lo llenaremos poco a poco con el potpourrí veraniego, que no ha hecho sino comenzar.
Día de la bicicleta en la calle, nos lo pasamos genial, había un montón de amigos, y la pedaleada hasta el puerto sadense, ida y vuelta, estuvo largamente recompensada con un montón de regalos del concello y empresas colaboradoras.
Esto de la bicicleta, como todo, creo que es un tema de tiempos. Hadri supo andar en ella, desde muy pequeño, y poco a poco fué dejando los ruedines, y ahora hace derrapes, caballitos y demás piruetas chulitas de sus casi 8 años, jeje.
Lidia, sin embargo, no quiso nunca ni siquiera probar a subirse en una, hasta bien pasados los cinco años, el año pasado, qeu un buen día, cuándo se le regaló la bici grande a Hadri, se le dió a ella por heredar la que quedaba. Pensábamos que por una buena temporada tendríamos que volver a colocarle los ruedines, pero para nuestra sorpresa, en dos días, Lidia andaba en bici sin ruedines, con una soltura pasmosa...
La benajmina, debe ir por el mismo camino, no ha hecho ni el más minimo amago de subirse en una, con sus tres añitos largos, así que me supongo que cuándo sea su tiempo de pedaleo, nos lo hará saber...
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