lunes, 26 de julio de 2010

El jardín.










No se puede hacer más, con menos, jejeje. Cuándo nos cambiamos del piso, la idea era una casa con huerta, pero la realidad se quedó en un adosadillo con minijardín. No importó, estos sesenta metros cuadrados dan mucho más juego que el balcón. Así que os dejo para que disfrutéis con el colorín. No nos falta de nada, aromáticas, calabacines (emocionantísimo cuándo nos hemos comido el primero), flores que no sabíamos qué serían (imaginaros que semillar con tres locos bajitos es eso, una locura, sabemos que ssembramos pero nunca qué, jejeje), una bugambilla que nos alegra la vista en la habitación de Hadri, una parra que nos da sombra para comer (y uvas, estamos impresionados!!). Como colofón, en el fondo del rectángulo, estos días, se han montado una cabaña con cuatro palos y dos manteles, casi me dan ganas a mí de disfrutarla, jejeje.

Ah, y eso nos ha permitido tener de invitado a YANG, el perro de mis hermanas, más de dos semanas, que acostumbrado a un piso, se lo ha pasado en grande!!

2 comentarios:

Ale dijo...

Wow amiga, definitivamente esta casa les sienta MUY bien =)
Es precioso en lo que has transformado ese pedacito de tierra =)

Amaia dijo...

Me gusta mucho tu blog y me gusta mucho lo que haces con tu familia.
Espero algún día, hacerlo yo también en la mía (aún no tengo niños, jajaja).
Saludos desde Bilbao.