La casita.

A nadie se le escapa que vivir en una casita, en medio de la aldea, no tiene nada que ver con vivir en un piso. Pero hasta que se vive en propias carnes, jeje, no se llega a visualizar el alcance de ese cambio de vida.
No podemos ocultar que estamos encantados en nuestro nuevo hogar!!! nos sentimos creativos, y rodeados de pequeñas cosas bellas, y eso nos hace la vida muuucho más agradable. Tenemos la suerte también de tener un vecindario estupendo, con el que ya hemos hecho algunas pachangas, así que, no podemos pedir más... espero que las fotos os gusten y os hagan tener una pequeña idea de nuestro aldeano fondo marino.