sábado, 10 de julio de 2010

El río de lavar.




Nunca pensó este viejo lavadero, al lado de casa, que recobraría su vidilla, aunque para otros fines, jejeje. Entre unos vecinos que lo limpiaron de maleza, otros que le pusieron peces, y otros que nos da por montar pachangas " a su vera" se ha convertido en un espacio "zen", por el sonido constante del agua, y nuestras continuas visitas, dónde es agradable y divertido pasarse largas horas de charletas varias... quedáis todos invitados a disfrutar un "tempo de lavandeiras"...

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