Adoptando vida.

Pues sí, como por aburrimiento no nos viene nada, jeje, nos hemos metido en una nueva aventura. Hemos adoptado dos perros de la protectora. La verdad que una siempre tiene esa idea ancestral que cuándo algo está para tí, es como una especie de destino. A nuestros dos canes (un macho, Nei, el más clarito, y una hembra, Nani, la más oscura) los habíamos visto en la página web, en la sección de "perros para adoptar" y ya nos habían robado el corazón. Pedían si se podían adoptar juntos, ya que habían aparecido juntos, y eran como una sombra uno del otro. Aún así, teníamos la duda sobre como se comportarían con los niños. Así que organizamos una visita a las instalaciones, y allí nos plantamos todos para ver como encajaría el asunto.
Ya os lo podéis imaginar... fué como un flechazo. No tuvimos ninguna duda, y en una semana, estaban ya con nosotros. Se han amoldado de tal forma a nuestra vida que es como si estuviesen esperándonos, la verdad. Poco a poco se han ido haciendo con la casa, con el coche (fué muy curioso como al principio le tenían miedo, y había que subirlos al maletero en brazos, ahora son ellos mismos los que ven el coche y saltan a su sitio), con el territorio en fin. Y una de las partes más divertidas se produce cada noche, cuándo el perro del vecino (que no es hortelano, jajaja), viene a hacerles una visita, jajaja, ahí es un caos de niños, perros y locura...