miércoles, 23 de marzo de 2011
Una panda de vagos...
jejeje, estamos echados a perder, y tenemos abandonado nuestro rincón marino. Pero es que el invierno ha venido así, recogido, disfrutando de cada rincón de nuestra casa, de cada rato solos o en compañía, de cada mañana dónde todos podemos dar rienda suelta a nuestra particular "deriva personal".
Aún así, hemos compartido, con alguna familia amiga, momentos estupendos (y fríos, jejeje, muy fríos, para nosotros toda un experiencia, estar a menos cuatro grados bajo cero, jeje). Nos encanta visitarles y acariciar y peinar a los burros, además de aprender tanto de ellos.
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2 comentarios:
Marta me encantan los burros,ja,ja...Niña que ¡¡enhorabuena!! que un pajarito me contó el final feliz. Muakkkkkk.
Pues si, a nosotros estos animales nos tienen absolutamente enamorados!! y no, Paloma, lo del final feliz, fué una falsa alarma, ahí seguimos, a la espera!! (dicen las buenas lenguas que una vez que se visualiza, ocurre, así que en eso estamos...) Un abrazo fuerte!!
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