Fin de fiesta.

No hubo encuentros más chulos en las Navidades que los que surgieron del corazón. El corazón de los que se lo curraron para vernos, para abrazarnos, para compartir... ya fuera una mesa preciosa, unas viandas de categoría, unos bailes en la cocina con olor a langostinos, jeje, ya fuera una caja llena de golosinas que llegó por correo... ya fuera una preciosa y divertida tarde llena de roscón y chocolate, o una velada de risas madrileñas, jeje. A todos los que les gusta vernos, saborearnos y quedarse con nuestro aroma marino de cangrejos de alta mar, MIL VECES GRACIAS!!