Junio Express.

Como bien habíamos vaticinado, jeje, el mes de Junio se nos ha pasado como un obús. Y eso que comenzó de manera muy musical, con una actividad muy chula en la Biblioteca de Monte Alto, que nos hizo traernos a casa dos libros que han dado mucho de sí, todo este mes. La verdad es que los libros llegan a ser espectaculares, y estos, especialmente, sobre músicas de otros países, con una cuidada selección musical en un CD, son una gozada. Lidia y Elisa, han estado disfrutando cada mañana de unas preciosas canciones infantiles africanas y brasileñas, que se saben casi de memoria.

 

Y a golpes de sol y de agua, la maleza amenaza con comernos la huerta, jeje, y ¡tenemos que mantenerla a raya! De estas últimas veces, hemos tenido casi que dedicarnos a limpiar los alrededores para poder acceder a todo lo que plantamos. Lidia, a pesar de que sabemos que ya no es el tiempo, se empeñó en plantar un plantón de fresal, le hizo mucha ilusión, a ver si en un año, recogemos el fruto...

 

Quien conoce a Hadri sabe perfectamente lo que ha estado sufriendo estas semanas con el “cautiverio” de la escayola (han sido siete largas semanas). Eso que no le ha impedido hacer sus acostumbradas “cabralocadas” con su inseparable Thomas. Pero le ha faltado poder entrenar, como está acostumbrado y eso se ha notado en una incipiente barriguita que le ha salido, jeje, y en lo que ha echado de menos a sus compañeros de equipo. Así, hemos tenido que ir una mañana a animar al Lubre, F.C. en un torneo, para que se reencontrase con sus amigos, y le firmasen todos en el brazo lesionado.

 

Hemos inaugurado la temporada de piscina de nuestros amigos vecinos, directamente proporcional a la temporada de “tinto de verano para madres”, jajaja. Ya se sabe, la crianza con “crianza” se lleva infinitamente mejor, oiga, jajaja.

Y nuestra Nati, nuestra adorada e incomprendida Nati, ha cumplido años. Y lo hemos celebrado con mucho humor, con una de sus “crisis” porque no quería que cortasen la tarta y le cortasen los ojos a Bob Esponja, jeje, y un hermoso teatrito de títeres, cortesía de todos los voluntarios que quisieron participar, y que estoy segura de que hizo las delicias de la cumpleañera.

 

Y de cumple en cumple, fuimos al cumpleaños cancelado de Adriana, nuestra amiga de Arosa... leéis bien, un cumpleaños cancelado del que no supimos la cancelación, jeje, y en el que nos presentamos a más de una hora en coche de casa, jajaja. La vida desbarallada cangrejil, es así. Pero nos recibieron con tanto cariño, tarta improvisada de urgencia incluida, que mereció mucho la pena. Y sobre todo esas risas de miniña Adriana, que es como un cascabel de carcajadas, ¡¡que no cambie nunca!!

 

No sé bien porqué, este mes ha prendido con una fuerza tremenda el juego de baraja. Comprender las reglas, cumplirlas, sumar puntos, intuir qué cartas tiene el contrincante, reservar triunfos para ganar bazas...todo un mundo que han estado explorando y que les ha tenido horas y horas “a ello”, y a mí con ellos, y tiene toda la pinta de que esto no ha hecho más que empezar...

 

De nuestras recopilaciones de material que trabajamos, de pequeños proyectos, visitas, talleres, etc, hay muchas entradas que son incluidas en un proyecto mayor que mantenemos desde hace un par de años, que llamamos el “Libro del Tiempo”. Eso nos ayuda mucho a centrar históricamente lo que vamos viendo. Hay entradas sobre la Torre de Hércules, sobre la Muralla de Lugo, sobre Leonardo da Vinci, sobre el Descubrimiento de América, etc. Ahora, que en un par de días hemos juntado una serie de lugares que nos ha apetecido profundizar sobre ellos, se nos ha ocurrido un nuevo Libro. Le hemos llamado el “Libro de los Lugares”. Y ya cuenta con varias entradas, sobre un pequeño pueblo esquimal de Groenlandia que nos ha fascinado, Thule, y que hemos descubierto gracias a un documental, y la ciudad de Atlanta, que se repite en varias películas, y cuestiones que manejamos estos días.

 

Y nos fuimos de feria artesana, pero no nos gustó nada. Prometían que habría talleres de artesanía para los niños, pero de artesano solo tenía el nombre, ya que solo había un telar, y un puesto con una tele sobre el taller de fabricación de gaitas de los Seivane, lo demás eran stands de comercios de la zona que nada tenían que ver con la artesanía. Lo positivo es que seguramente gracias a esta feria estamos pensando en una nueva salida para CEL Galicia, a visitar la fábrica de gaitas, precisamente. Al final, hubo experiencias novedosas, papacangrejo nunca se había probado unas gafas 3D, jajaja, y fué “su primera vez”. Y a Hadri, si se pierde en una feria, buscadlo en la sección comics... acertaréis.

 

Charlando una mañana en la cocina, dimos con una idea muy chula, y que ha estado dando de sí todo este mes. Ofrecernos talleres unos a otros, jejeje. Nos ha molado mucho. Empezó Lidia con una visita guiada a un improvisado “Museo de los dinosaurios”. Era un museo muy chulo, oigan, hasta con “guardia de seguridad” de los que “no dejan acercarse y tocar”, jajaja. Fué chulísimo. Eso sí, Lidia me decía, “mamá, me lo estoy inventando todo, no pretenderéis que me sepa todos los nombres de los bichos”, jajaja. Ellos son así.

El siguiente taller que fué ofertado lo dí yo. El taller del Pollo Asado. Madre mía, me quedé asustada el día que una amiga nos contó que ahora venden unos sobres especiados para meter el pollo al horno, y que “está delicioso”... si mis hijos quieren en el futuro comer así, que lo hagan, pero que no sea por no saber hacer un buen pollo asado, jajaja.

¡Qué dura la vida de las golondrinas! Este mes, estuvimos viendo de cerca un nido que hicieron en nuestro garaje, y de seis pollitos, tres tuvieron la “mala ala” de estamparse contra el suelo, para lloros y duelos de mis chicos... fué precioso verles nacer, comer y criarse, y duro verles morir en el intento de “salir del nido”. Todo un aprendizaje vital en estado puro.

 

Aunque este año no hemos ido a la Escuela Municipal de teatro, nos ha apetecido ver la obra de fin de curso, y la verdad la disfrutamos mucho y “les ha picado el mosquito teatral” y me han dicho que quieren volver. La obra era muy buena, se llamaba “Express” y fué escrita, según nos contó el profe, en un 80% por los propios actores y actrices participantes. Con ese título trataron de trabajar el estres al que los adultos someten la vida de los niños, horarios, mandatos, prisa... conseguían agobiarnos a los espectadores, realmente con tanto entrar y salir en escena a toda prisa. Tuvimos varios días de conversación sobre esto, así que dió mucho juego.

 

Y con CEL Galicia nos fuimos una mañana al recién estrenado Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, y lo contamos aquí, y otra divertida tarde en la Biblioteca del Castrillón, dibujando y pintando mandalas, que también lo contamos aquí. Este taller dió mucho juego, ya que al día siguiente, quisieron colgar sus mandalas en la puerta de casa, con su correspondiente explicación, y desde entonces vemos mandalas hasta en el repollo cortado a la mitad, jajaja.

 

No puedo cerrar el mes de Junio sin contar con todo detalle la desternillante anécdota de “la mofeta”. Hadrián y Thomas son una pareja peculiar. Al ser los dos únicos chicos entre sus hermanas, vivir cerca, y hacer las mismas actividades deportivas, su amistad se refuerza con el tiempo, y nos hacen realizar malabarismos a las familias para estar el máximo de tiempo juntos. Como ya van teniendo sus diez añitos (uno ya cumplidos, y otro a punto), vamos “soltando amarras”, y a menudo, Hadri sube solo a casa de Thomas, o viceversa. El caso es que uno de los días que bajaban solos, llegaron a casa en estado de sobreexcitación, “¡¡habían visto una mofetaaaaaa!!”. En una huerta, a lo lejos, pero “estaban segurísimos de que era una mofeta”, se habían pasado un rato largo para comprobarlo.

Se lo contaban a todo el mundo, todo el rato, así que los incrédulos pensábamos que se trataría de un tejón, de un conejo, o similar.

El siguiente día que nos coincidió pasar por la huerta en cuestión, se abalanzaron sobre el cierre a ver si “volvían a ver la mofeta” para enseñármela. Allí estaba, ¡no se había movido desde el día que la vieron!. Me acerqué, y les dije toda convencida que me parecía que “aquello” era un conejo, jajaja, todavía lo hice mejor. Acercándome más, pude comprobar que lo que nos tuvo tan emocionados y alterados, jajaja, no era otra cosa que un peluche mordisqueado por el perro de la casa, jajaja. Eso sí, les pedí a los chicos que se marchasen corriendo, no fuera a ser que la mofeta nos apestara, jajaja.

 

Por supuesto, llegó San Juan y el agua de rosas. Bajamos por los caminos a buscar platas aromáticas y flores, pero muchas de ellas, ya las teníamos en nuestro minijardín, hierbaluisa, malva, tomillo, romero... en verano el recorrido de los paseos aldeanos tiene que terminar, irremediablemente en el río de lavar de A Cova, que hace las delicias de sitio de juegos. 

 

Y como colofón final a la temporada deportiva, fuimos convocados al Día del Deporte en la Calle, pero no fué posible que montásemos ni el tapiz. Justo a la hora de la convocatoria, empezó a caer una densa lluvia que nos mojó a todos, y que acabó con nuestros huesitos calados en la casa de la Xuventude. Fué una pena, porque habían ensayado varios días exhibiciones nuevas y preciosas, pero habrá que dejarlas ya para el año que viene. 

 

Julio os aseguro que viene cargado de nuevas aventuras, emociones, amigos, playa y aire libre cuándo escampe, jajaja, que como se dice por aquí, “escampar, siempre escampa”.