Realmente no nos da tiempo a pensar si
hizo frío o no, jeje, porque la actividad no para. Ni en Agosto. Por
si nos habíamos olvidado de los entrenamientos, el Lubre, F.C., fué
invitado a un torneo en Sada, por el Sporting Sada, y tuvimos que
retomar la actividad deportiva por unos días. Además, se nos echó
encima el cumpleaños de nuestro Miguel, con su famosa paella anual,
este año currada por el July, maestro paellero, y a los teclados, el
propio Miguel, que ¡madrugó un domingo y todo! Para deleite de sus
fans y comensales invitados. Hay que decir que la paella se supera
año a año, como el buen vino.
Y por si todo esto nos tuviese
“aburridos”, jajaja, las tías tuvieron a bien este año, cambiar
su fantástico viaje estival por una megacasa con piscina, en Santa
Marta de Babío, al lado de dónde vivimos. Con lo que las tardes de
calor y sol, estuvieron aseguradas en el agua, las tumbonas y las
cervecitas, las pachangas de baloncesto, ...
Los grandes veleros volvieron a Coruña,
y aunque no fuimos a verlos (se esperaban más de medio millón de
personas en dos días, y eso no es para los aldeanos como nosotros,
jajaja), sí nos fuimos a pasar la tarde al faro de Mera, el día de
su partida, para verlos salir. Todo un espectáculo, la verdad.
Nuestros amigos bercianos, fieles a su
segunda visita galaica nos deleitaron con sus risas, con sus cuentos
absurdos para niños, tardes de playa, sus cervecitas a la luz del
chiringuito, y sus xuntanzas cargadas de buen humor y niños. Incluso
un día juntamos pandillas, mi padre y hermanas, con todos ellos,
once Garcías juntos, la lían, pero muy parda, jajaja. Para
nosotros, no hay verano sin bercianos, eso está asegurado.
Y con ellos, apuntados también, nos
volvimos a meter en el lío de la Milla Urbana de atletismo de Sada,
se pasa una mañana muy divertida, de deporte en la calle, y
quisieron volver a participar este año todos los chicos. Cada uno en
su categoría, sufrieron, corrieron y salieron con camiseta en mano,
reventados de cansancio, pero muy contentos.
A lo loco llegó ya el cumpleaños de
Hadri. Este año no tocaba mega fiestorro por los apuros económicos,
así que tuvo una sencilla merienda en casa de las tías, con
bizcochos caseros currados por ellos mismos, y sus “hermanos
adoptivos”, Thomas y Nati, y repetición de merendola en casa de
los abuelos paternos, con los primos. Un coche teledirigido por un
lado y una tremenda bicicleta por otro, hizo las delicias de este
diezañero que apunta maneras de una mezcla entre tímido y caradura
que las va a volver loquitas, os lo aseguro, por lo menos a mi me
está rompiendo esquemas a todas horas.
Con la lata que nos ha dado la recuperación de su famoso codo, hemos tenido la huerta muy abandonada, hasta el punto de que nos la ha tragado la maleza. Aún así, levantamos los ajos, y aún sacamos semillas para judías el año que viene que veremos como podremos organizarlo todo un poco mejor.
Como fin de mes, destacamos una mañana
de locura colectiva, cuándo después de una visita al dentista, hubo
que ir a probar el nuevo coche teledirigido a una pista de skate,
jajaja, para risas y correteos de todos, y descalabre del coche en
cuestión. Y la acampada a la que fueron invitados por una noche, en
la casa de los chicos con los que compartimos la huerta, y que
estuvo, según fuentes fidedignas, “genial, genial”... gracias,
guapos!.
El colofón lo pone la limpieza de maleza en nuestro propio jardín, que se había acumulado y que nos trajo una gratísima sorpresa, gentileza de nuestros amigos del Barbanza... debajo de un montón de hierbas trepadoras, apareció un hermoso aguacatero que ya dábamos por perdido. Menos mal que lo encontramos y no lo cortamos, y así podremos ver si lograremos ese ansiado árbol tan sabroso!. Un besazo a Chus (que fué la que nos envió los aguacates), a Maxi (que nos dió las instrucciones para plantar el hueso) y a Ger (que nos hace reir con su buen humor)!
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