El balcón.

Nunca pensamos que un pequeño balcón nos estuviese dando tantas satisfacciones, jeje. Hadrián y Lidia se han hecho cargo cada uno de una balsamina (versión moderna de las clásicas "alegrías de la casa" de toda la vida, jeje).

Coincidentemente, la de Hadri, ha florecido en rojo (su color) y la de Lidia en rosa (el suyo)... sin comentarios. No sé si se puede llegar a comprender, la emoción el día que vieron la primera flor, si haber estado allí. Saltaban, reían, se abrazaban, temblaban, y se cogieron de la mano para salir a verla...

Los que los conocéis, sabéis de buena tinta que este detalle es muy de tener en cuenta, dado su estado natural entre ellos, puramente "a la greña" jeje...

Además de las balsaminas, que ahora se salen de la viñeta, con tanta flor, hemos plantado perejil, que está brotando de maravilla, hemos estado cuidando de una rama trasplantada de un pequeño arbolito, y nos ha prendido, y hemos sembrado algo que en el envase ponía "guisantes de olor", con muchas flores de colores, y que por el momento, ha brotado estupendamente, pero se mantiene en estado verde, con cierto parecido a las plantas trepadoras de las judías, jeje.

Además hemos hecho un experimento, plantando en un par de macetas pequeñas, unos huesos de una fruta que aquí en Galicia se llaman "raños", que son unas pequeñas ciruelas rojas o amarillas, muy sabrosas, a ver qué sale...

Nos hemos liado la manta a la cabeza, y hemos encargado un par de jardineras colgantes, para aumentar producción, y plantar también albahaca fresca (hay por ahí una suculenta receta de pesto con nueces, que bien merece el intento, sobre todo por contar con las nueces del nogal del abuelo Nica).

No es que sea un balcón bien orientado (solo le da el sol a partir de las 18.00, y eso, ya se sabe, cuándo hay sol), ni grande, ni espacioso... pero nos está dando tanta energía y alegría de verlo tan colorido... que queríamos compartirlo en este fondo marino.