sábado, 12 de julio de 2008

La segunda cangrejilla.


Lidia estaba en el guión. Pero no tan pronto. No nos había dado tiempo a recuperarnos de la locura del primer hijo, y la verdad fué que el segundo embarazo nos cayó "de sopetón".

Desafortunadamente, su nacimiento estará siempre ligado al fallecimiento de mi madre, un mes antes, y muy vinculado a este hecho, y al bálsamo que vino a suponer para todos nosotros.

¿Cómo presentarla? Se diría que de momento, y espero que esto cambie algún día, ha nacido con dos misiones claras, o al menos, su forma de actuar, de ser, y de comportarse, así me lo cuentan.

Su primera misión en la vida es bebérsela con los ojos. Digna nieta de "ojo de águila", lo pilla absolutamente todo, y además, pilla mucho más allá de lo que "por educación" hemos dejado de pillar los adultos. Es implacable. Y deja absolutamente "fuera de juego", constantemente.

Y su segunda misión, que para ella llega a coger matices de "sagrada", es hacer feliz a su madre. No sé si os podéis hacer una idea de la responsabilidad implícita de tener una hija "de este calibre"...
En una dimensión que yo desconozco, sabe mejor que yo misma, lo que espero de ella, y con absoluta imparcialidad, lo lleva a cabo sin pestañear.

Os contaré ejemplos concretos a lo largo de este blog, porque merece mucho la pena, estudiarla, a mi cangrejilla especímen, jeje...

Baste para su presentación contaros que de broma la llamamos nuestra querida "Barbie camionera" porque en su "teatro interior" se pone un vestido de princesa y se lo cree, pero su forma de actuar y jugar es tan bruta como su hermano, jeje y el contraste nos hace reir.

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