Septiembre, frutero, alegre y festero.

Así lo cuenta el refranero popular, ¿quién se atreve a llevar la contraria?... Y aunque nuestra huerta no haya sido un éxito, sí lo celebramos con huertas de amigos, que sí sacan buena cosecha, y retomamos rutinas de hacer cosas ricas en la cocina. De la tierra a la mesa... Lidia se curro estos impresionantes pimientos rellenos de arroz y pisto, que solo por el aroma del horno y el color, eran dignos de un recetario de categoría.

Y como es hora de recoger los frutos, estuvimos pasando una divertida mañana con la tía Pili, recogiendo nueces, higos y manzanas en unas pequeñas casas de labranza en ruinas que tiene aquí cerca. Fué una mañana intensa imaginándonos cómo se vivía en la aldea hasta hace muy poco, dónde un simple cuarto de baño era un lujo que no todos podían permitirse, y dónde se vivía en contacto estrecho con los animales que eran la fuente de riqueza de muchos de ellos, o al menos su sustento básico.
Revolviendo en los desvanes, la tía Pili encontró un antiguo juego de cricket inglés que nadie sabía de dónde salió (de algún viaje de algún familiar, seguro), y que podéis imaginaros dónde acabó... en la puerta de casa, a cañonazos para risas del personal (y yo a gritos diciéndoles que eso se juega en hierbaaaa, pero ni caso, oiga!).

Un hermoso y caluroso día de domingo, para hacer honor al mes festero nos fuimos al Mercadillo Ecolóxico de Perillo, invitados por algunos de los que ponían puesto allí, y disfrutamos de una divertidísima jornada de fiesta, talleres, etc, y lo contamos por AQUÍ.

El frenesí veraniego baja, y eso significan más momentos de tranquilidad, retomar viejas rutinas y mucha lectura compartida...

Y también significa que mamá vuelve a retomar algunas de las actividades asociativas, pero todo con mucho relax y pachanguita, jeje.

Los paseos otoñales están teñidos de puestas de sol espectaculares, de reducción de las horas solares, y un poco de despedida de los animales de calor y sol... será por eso que a Lidia le dió por fotografiar mariposas este rato...

Y como Septiembre también es alegre, jeje, hemos estado conociendo a nuevas familias que se han apuntado a las actividades que proponíamos, y es un placer compartir con ellos.  Desde una simple comida compartida en el Curruncho, hasta actividades más sofisiticadas, jeje, por el desplazamiento, la reserva, etc, como la que hicimos, visitando un laberinto entre maizales, lo contamos por AQUÍ.

Septiembre también es el mes de retomar las actividades deportivas, y este año, seguimos batallando en el Lubre F.C., ya en la categoría de Alevines, seguimos en el taekwondo (no lo dejo por nada, mamá...) y hemos vuelto al teatro, menos mal... que no todo se nos va en pataditas, jejeje. Lidia y Elisa, sin embargo, han preferido cambiar el dobok y los tapices, por las playeras y el aire libre, y se han apuntado a atletismo este año... todo es probar, si señor.

Y el fin de mes nos trajo una divertida visita a una exposición de fotografía, que nos hizo reir, divertirnos y pasar un rato muy simpático, ya que las fotos eran trucadas, compuestas y con un mensaje para descifrar... todo un reto imaginativo que contamos por AQUÍ.

La cosecha nos hace terminar la crónica septiembrera con más cocina de huerta. Una impresionante empanada de acelgas recién cortadas... no hay nada como llegar así, a fín de mes, jajaja.