viernes, 3 de mayo de 2013

A chuvia de Febreiro, enche o cabaceiro.

Así tenemos que tomarnos tanta lluvia este año, como promesa de llenar la huerta en el futuro, jaja. La verdad es que el corto Febrero vino cargado igual de disfraces, cocina de temporada, y mucha actividad, así que no notamos sus humores cambiantes y aprovechamos al máximo sus escasos días de sol sin lluvia.

El mes empezó con una jornada de tecnificación de taekwondo que sirvió para que Hadri se midiese con los mayores del club.





Los encuentros con otras familias, de este mes, tuvieron que ser en centros comerciales, por el frío y la lluvia, pero no por eso dejamos de salir al aire libre, en cuánto salía un rayo de sol. Le echamos imaginación y así hubo igual risas, juegos, y encuentros.


Y nos invitaron al cumple de Alba, en su casa, de dónde nadie se quería ir, jeje, en cuánto se propone marcharnos, se oye un unánime y rotundo, "no, no, no y no"... y hay que pasarse la vida pactando, jajaja.




Los continuos temporales convirtieron los arenales de Sada en refugio de muchas aves marinas, que se mezclaron con los patos de las marismas colindantes, nos pareció muy chulo sacarles fotos, en un momento que escampó.



Los semilleros también se nos llenaron de agua, viento y los pobres puerros salieron a duras penas...



Aún así, en cuánto salió un rayo de sol, no lo pensamos dos veces y nos fuimos a Paderne, como el propio mes indica, con disfraces, y ganas de respirar un poco de aire puro. Hubo rampas improvisadas, piratas, y gracias a la poda de árboles (tuyas que son como árboles), cabañas ocultas, terraplenes por los troncos, y muchas risas, por supuesto. (insisto en la pasión que los peques ponen en lo que hacen, incluso hay quien habló de lo duro que es sentirse "arquitecta por un día" diseñando toda la cabaña hasta el más pequeño detalle).






Y los días que acaban así, sin proponérnoslo, son lo más chulos. Fuimos invitados a pasar la tarde en una sesión de filloas de filloeira, y terminamos picando comida mexicana para cenar, jajaja, el devenir en estado puro...



El Martes de Carnaval es día de puertas abiertas de los Museos Científicos, y la Casa del Hombre siguió en su línea de sorprendernos siempre. Además hemos descubierto que para los días de lluvia tiene un lugar para poder comer, con unas vistas espectaculares a la playa de Riazor, ¿quién puede pedir más?. De allí nos fuimos al primer recorrido callejero de carnaval que dejó a los más pequeños totalmente alucinados. Y como colofón, el cumple de nuestra Diana en " A repichoca", un pub de Orillamar con música en directo... para los que no crean en la "memoria celular", teníais que ver como actúan nuestros hijos en un pub, como si vivieran allí desde siempre, jajaja...












Los pocos días que no llovió aprovechamos para el aire libre. Estuvimos en un pequeño parque al lado del río en Betanzos que ya quedó bautizado como "el parque de las lagartijas", porque nuestros particulares "franes de la jungla" cazaron unas cuántas...



El colofón carnavalero lo puso la Asociación Kanguras. En un día espectacular de sol, organizamos una pachanga carnavalera, y disfrutamos de disfraces y zampa, que es para lo que hemos nacido, realmente, jajaja.



Morticia, siendo maquillada por un "oso panda", jajaja


Una payasa recolocando la estrella a nuestro "sheriff", jejeje.



Elfos, ninjas y bufones, hablando de salvar el mundo del lado oscuro...jajaja.


y de Morticia, que es tan malaaaa...


Menos mal que una vaca gallega, reconvertida en rubia explosiva vino a poner paz, jajaja.

Aún así hubo tiempo en este mes para lecturas sosegadas, andamos por el coliseum de Roma, mirando sus entresijos con detalle,


Y tiempo para experimentar en la cocina. Unas orejas de carnaval que hubo que repetir en varios días porque la receta salió deliciosa, y una improvisación de pizza casera de berenjena, queso y espinacas frescas, mmmm una verdadera delicia!.



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